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En Piñor, un pequeño pueblo gallego que no llega a los 1.100 habitantes y que es conocido por su industria de ataúdes, hay una movida poco común.
El motivo: Julio Iglesias, uno de los cantantes más reconocidos en el mundo de habla hispana, acaba de comprar una casona en el lugar. Y no es cualquier casa, sino una propiedad grande y llamativa que pertenecía a un exalcalde del pueblo.
La noticia, que ya no es un secreto entre los vecinos, se confirmó hace un par de meses.
Aunque la propiedad estuvo cerrada un tiempo, ahora es evidente que algo pasa ahí: entran y salen trabajadores a diario, se escucha maquinaria y se ve gente limpiando el muro exterior.
Según se conoció, la casa tiene 1.340 metros cuadrados. Incluye un lago artificial, jardines, una piscina generosa, un ascensor interior y un garaje tan grande que caben hasta 20 carros.
Es decir, todo un lujo para un pueblo donde las casas suelen ser mucho más modestas.
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La noticia ha generado comentarios por todo el pueblo. Una vecina, fan declarada del artista, expresó su emoción diciendo: “¡Vamos a tener a un famoso! Increíble”.
Por su parte, Manuel Bernárdez, quien trabajó años atrás en esa misma casona, confesó que nunca imaginó que alguien como Julio Iglesias “viniese a comprar una casa aquí”.
Y es que, para muchos, tener cerca a un personaje que ha llenado estadios en todo el mundo es como si Piñor se hubiera puesto en el mapa de un día para otro.
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Lo cierto es que esta compra no es tan sorpresiva si se tiene en cuenta el origen familiar del cantante. Su padre, Julio Iglesias Puga, nació en Ourense en 1916 y fue un médico reconocido en su momento.
Incluso llegó a estar en manos de ETA, cuando fue secuestrado en 1981 y liberado semanas después.
Julio, nacido en Madrid en 1943, ha mencionado en varias ocasiones su cariño por Galicia. De hecho, le dedicó la canción “Un canto a Galicia” y ha dicho que siente una conexión profunda con esa tierra.
Ha ido varias veces, pero ahora parece querer quedarse más tiempo.
A sus 81 años, Julio Iglesias ya no gira tanto como antes, pero mantiene presencia en el mundo del espectáculo.
Tiene propiedades en Miami, República Dominicana, Bahamas y también en España. Ahora, Piñor se suma a la lista.
Lo que para muchos parecía imposible, ya es realidad. El cantante que un día cambió el balón de fútbol por el micrófono, ahora está invirtiendo en sus raíces.
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Mientras tanto, en Piñor, todo el mundo habla del tema, aunque sea solo al pasar por la casona o al ver a los trabajadores desde lejos.
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